Tras una interminable espera de más de medio año, los chicos de Lupulove por fin se dignaron a organizar la cata de cervezas ácidas elaboradas por la cervecera sueca Brekeriet. Se trata de una cervecera relativamente pequeña y especializada en estilos de fermentación espontánea, salvaje y mixta, es decir, ácidos. En este caso nos enfrentamos a tres Berliner Weisse y una Sour Ale, todas ellas con adiciones de distintas frutas y especias. Un auténtico show.
Pink Passion
Berliner Weisse elaborada con hibisco, fruta de la pasión y avena. Ligerísima, con sabor a florero y cristalina. Demasiado ligera para mi gusto, la verdad, y va a peor en cuanto se atempera un poco, pero el sabor está muy bien conseguido.
Reseña completa 
¡Click aquí!
Wrapped in Red
Segunda Berliner, elaborada con cerezas, frambuesa y fresas. Esto es una piruleta convertida en cerveza ácida, pero lo realmente interesante es que consigue sacar unos toques parecidos a una lámbica con frutas. A medio camino entre una Berliner afrutada y una Kriek, con sabor a frutos rojos.
Reseña completa ¡Click aquí!
Lucifer
La estrella de la cata. Un absoluto despropósito de Sour Ale (quedaría fuera del estilo Berliner debido a sus 7 grados). Agarraos a la silla, porque está elaborada con la extraña mezcla de fruta de la pasión y… ¡azafrán! Solo hay que mirar ese color. Sabe como el caldo de la paella mezclado con un zumo tropical, con una acidez de fondo considerable. Es super extraño, pero funciona, y me encanta.
Reseña completa ¡Click aquí!
Alpha Beta
Última Berliner, elaborada con lima, fruta de la pasión y remolacha. Tiene toda la pinta que la base es la misma que la Pink Passion, solo que con distintos aditivos. Aquí se nota perfectamente la lima de entrada, ácida, cítrica y punzante, seguido del toque tropical de la fruta de la pasión, que añade un ligero dulzor. Lo de la remolacha, ni echándole imaginación, pero no pasa nada, es un birrón.
Reseña completa ¡Click aquí!
Y, ¿qué hay mejor que la buena cerveza? Pues la buena cerveza con buenos quesos. Desde la quesería Federico Roig nos llegaron cuatro quesazos, fuertes, semi-podridos y bastante duros con el olfato. La alineación estuvo formada por un Cheddar Morocco (con especias, pasas y albaricoque), un Rocamadour (francés de cabra), un Shropshire (azul inglés) y un Dziugas (lituano, similar al parmesano). Absolutamente genial.
